El nadador malagueño Christian Jongeneel consiguió en la jornada del lunes 21 de septiembre completar el cruce a nado del Canal de Menorca, una de las travesías más duras y desconocidas del mundo. Con un tiempo de 9 horas y 24 minutos para 37 kilómetros de distancia, Jongeneel ha establecido además el tiempo récord de ese cruce, al que se han enfrentado sólo una decena de nadadores a lo largo de la historia.
La gesta del deportista andaluz ha sido doble. Además del reto deportivo, Jongeneel y la asociación que preside, Brazadas Solidarias, han conseguido completar el 100% de la financiación de un proyecto solidario de la Fundación Vicente Ferrer (FVF) en la India a través de la plataforma de microdonaciones Mi grano de arena.
Más de 160 personas se han sumado a esta iniciativa y han aportado los 3.000 euros necesarios para impulsar un proyecto de nutrición para 160 niños y ancianos de la región de Anantapur, donde trabaja la FVF. El programa aporta una suplementación nutricional para estas personas a base de una toma diaria de una papilla de cereales y azúcar moreno llamada raggi, y de un huevo duro, cada dos días.
El cruce del Canal de Menorca (dirección Mallorca-Menorca) no ha estado exento de contratiempos. Las malas condiciones meteorológicas y de la mar han obligado a Jongeneel a esperar dos semanas para afrontar el cruce, que se realizó ayer, en el último día posible para la expedición. La salida estaba señalada en las cinco de la madrugada del lunes, pero una avería en el motor de la primera embarcación obligó a la expedición a regresar al puerto de Ciudadela (Menorca) para tomar otra, cuestión que retrasó la salida hasta las ocho de la mañana. Las gestiones de la asocación Menorca Channel Swimm han sido vitales para hacer posible el cruce.
Ya en la mar, el nadador andaluz se encontró con un primer tramo de la travesía bastante complicado, con corriente en contra en la salida desde los acantilados de Mallorca. Las condiciones solo mejoraron en la segunda mitad del trayecto de 37 kilómetros entre Mallorca y Menorca, con viento favorable y ola en la misma dirección de nado, algo que no había ocurrido en los primeros veinte kilómetros.
Tras nueve horas y 14 minutos de brazadas solidarias, Jongeneel tocó tierra en el faro de Artrutx (Menorca), muy emocionado y en muy buenas condiciones físicas. “Ha sido una travesía muy dura que se gana, desde luego, su fama. Las condiciones del mar han sido muy variables durante todo el nado, vientos distintos, olas distintas… Hemos tenido de todo en estas nueve horas y media, además de los contratiempos de la mañana… Pero he disfrutado muchísimo tanto del cruce como de estas dos semanas en Menorca, en la que muchas personas me han recibido de una forma increible y me han hecho sentirme en familia”, ha subrayado Jongeneel.
Con el cruce del Canal de Menorca, Christian Jongeneel suma un nuevo reto a una nómina en la que figuran el Canal de la Mancha, el doble cruce del Estrecho de Gibraltar, la travesía de Puerta de la India (Mumbai), Peniche-Islas Berlangas (Portugal), la travesía Al-Assad (Siria), el Estrecho de Cook (Nueva Zelanda) y Santa Catalina (Estados Unidos). Su filosofía se basa en prestar más interés a la vertiente social y solidaria del deporte que a la propia competición.
Sobre la Fundación Vicente Ferrer
La Fundación Vicente Ferrer es una ONGD (Organización No Gubernamental de Desarrollo) comprometida con el proceso de transformación de una de las zonas más necesitadas de la India, el distrito de Anantapur, y de algunas de las comunidades más pobres y excluidas del planeta, los dálits o intocables, los grupos tribales y las denominadas backward castes o castas desfavorecidas.
La FVF es una organización fundamentada en la filosofía de la acción. Su fundador, Vicente Ferrer, trabajó más de 50 años en la India junto a los más desfavorecidos, ayudando a más de tres millones de personas de las castas más bajas a salir de la pobreza extrema y la exclusión social. Su forma de entender el desarrollo ha dado lugar a un modelo ejemplar en el marco de la Cooperación Internacional. Con su forma de pensar y actuar, Vicente Ferrer fue capaz de movilizar las conciencias de miles de personas en la lucha por erradicar las desigualdades entre los hombres, transmitiendo su compromiso y entusiasmo y consiguiendo que trabajen y colaboren, día a día, por la misma causa en la India y en España.
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