El Titán Sierra de Cádiz no es una prueba más. En lo genuino de su ser se encierra un espíritu que la hace ser distinta de las demás. Seguramente ni mejor, ni peor. Sólo los que la han vivido en alguna ocasión pueden describir la sensación de llegar a la plaza de Zahara de la Sierra, en Cádiz, donde cristalizan muchos sentimientos.
Este sábado 26 de septiembre de septiembre se disputa la XI edición y pocos días antes hablamos con José González, uno de los fundadores y promotores de la prueba. Tiene puestos los cinco sentidos en que nada falle y, sobre todo, en que los participantes se sigan sintiendo orgullosos de formar parte de la ‘tribu Titán’. «Lo importante es cuidar a las personas que vienen, porque son las que realmente permiten que sigamos adelante«, reflexiona.
Con 130 participantes, el Titán tendrá menor participación que en otras ediciones, pero González hace una lectura positiva: «No sabemos las razones, una de ellas puede ser la enorme competencia de pruebas de larga distancia que hay en todo el país. El año pasado no se pudo hacer la prueba completa, tal y como lo habíamos soñado, por las lluvias tremendas que cayeron por la mañana, y en esta edición tiene que ser de seguir apostando por las cosas y el espíritu en el que creemos. La prueba está valorada y es muy reconocida, pero no es una prueba que tenga carácter comercial, nunca lo ha sido, y eso es una gran diferencia con respecto a otras».
«No somos mucho de márketing ni de marcas. Pero confiamos en que será un éxito porque es una prueba única, cuyo verdadero valor está en el espíritu que se vive durante el fin de semana en Zahara, y que crean los propios titanes«, añade.
El Titán presume de requerir de una preparación muy exhaustiva y que llevará a los participantes a los límites de su cuerpo y de su mente. Este año, además, la dificultad ha aumentado en el trazado, convirtiéndolo en uno de los triatlones más duros de Europa. «Lo hemos hecho para que el recorrido tuviera más encanto, no por tener más dureza. Pero hay que tener claro que el 90% del éxito de la prueba es el escenario. Lo hacemos más duro, pero mantenemos el recorrido. Hay que poner en valor a los que vienen y reconocer el mérito que tienen«, ensalza el organizador.
¿Qué perfil presenta el participante en el Titán? «Hacen falta personas muy motivadas. Es de gente muy incondicional en conseguir el reto de acabar, muy duros, todos quieren ser un titán. La otra faceta que se busca es que se viene a vivir el triatlón en estado puro, con momentos de soledad y en contacto naturaleza. En otros triatlones estás rodeado de gente, están masificados, y aquí te enfrentas a un reto que es realmente una experiencia personal. Entrar en la plaza al final es algo que muchas personas viven como un momento muy especial, algo místico».
«Hay mucho de convivencia, mucha complicidad, hay cierta hermandad de la gente. Nosotros somos la tribu titán y hay una ceremonia de los titanes, muchas cosas escritas sobre ello, sobre lo mitológico de esta prueba… Ahora es un recurso muy utilizado por muchas pruebas, pero nosotros apelamos a algo muy auténtico, en un triatlón con más de diez años de trayectoria, y que cada año describen decenas de triatletas», recuerda González.
Sobre la proliferación de las pruebas de triatlón en la actualidad, el deportista se muestra respetuoso al máximo: «Hay muchas de todo tipo y cada uno elige. Cuando haces una inscripción, estás votando, hay una selección natural mediante lo que la gente pide y requiere. Estamos en un punto donde hay que ver si la gente sigue con un tipo u otro de triatlones. Es evidente que somos un punto y aparte, un tipo de prueba completamente diferente a lo que se impone en el mercado, pero hay que respetar la decisión de los deportistas».
«Hay un boom del deporte; la crisis ha hecho mirar el deporte y la competición como entretenimiento y como evasión. Se han puesto de moda los deportes de resistencia, de retos deportivos de larga duración. Los Ironman, ultramaratones, los ultraman… Yo viví una época hace años que hacer un maratón era algo que pocos alcanzaban. Ahora parece que un maratón ya no es suficiente, es como un círculo vicioso y los organizadores han visto un filón en saciar ese apetito. La gente está muy enredada. Para mí las cantidades y las distancias son lo de menos. Lo importante es dónde se hace, con quién se hace y por qué; no es la dureza, ni la distancia, sino el lugar, y lo que uno va a vivir a allí, lo que uno va a sentir en esa prueba», subraya.
En el Titán no se toca el planteamiento inicial a pesar de que las dificultades van más allá de lo que se encuentra el triatleta… «La Sierra de Cádiz está muy identificada con nosotros, pero ahora los Ayuntamientos están en crisis total y no dan ningún apoyo económico. El Titán en Zahara y en toda la zona es uno de los eventos sociales que más recursos turísticos generan y podrían ser aún más si nos apoyaran. Se podría haber hecho hace tiempo para que fuera internacional, pero para eso es necesario contar con muchos recursos«.
La prueba se celebrará durante la jornada del sábado, a lo largo y ancho de la Sierra de Cádiz.
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