Ha conseguido ser varias veces campeón de España de triatlón, Campeón de Europa de triatlón y subcampeón del mundo de duatlón. Además, es el primer paratriatleta español que ha conseguido cruzar el Canal de la Mancha y tiene entre ceja y ceja acudir a los Juegos de Río de Janeiro de 2016.
Se trata de Javier Mérida, que en la actualidad se está entrenando para el Ironman de Austria del 28 de junio y para la travesía a nado en solitario del Lago Ness del 25 de julio. Casi nada.
El marbellí no se pone medallas ni se siente inferior a nadie. «El tema de las barreras está en la mentalidad de la gente y entre todos, poco a poco, deberíamos ir eliminándolas», reflexiona en voz alta.
Detrás de su asombroso rendimiento hay un trabajo propio de lo que es: un deportista de primer nivel. «Mi preparación consiste en unas 24-26 horas de entreno semanal entre las 3 disciplinas. Normalmente doblo todos los días menos el sábado, que hago tirada larga de bici. Me levanto muy temprano (5:30) para separar las dos sesiones lo máximo».
Por suerte, parece que la sociedad empieza a valorar a los atletas que, como Javier, han sido capaces de superarse sin escatimar en esfuerzos. Él lo nota, pero aún espera algo más: «Generamos admiración y a veces algo de pena, pero sobre todo un gran respeto. Yo lo noto en las competiciones con la relación con otros triatletas. En general el deporte no recibe las suficientes ayudas y nosotros que somos menos aún, pues menos. De todas formas, la Federación Andaluza se porta muy bien con los discapacitados«.
Reconoce que el reto más difícil al que se ha enfrentado «fue el cruce a nado del Canal de la Mancha. Lo pasé muy mal, con mucho frío (12-15 grados) y mucha distancia (48 km)».
Hazañas de ese calibre hacen que sea un referente en el mundo del deporte y celebra ser una inspiración: «Me encanta que la gente se mire en mí y si puede sacar algo de beneficio a su favor, más todavía. Me pasa en los Ironman, donde a lo mejor adelanto a algún cadáver a última hora en la carrera a pie y rápidamente se pone a correr y continúa».
Como no hay reto que se le resista, su última iniciativa es meterse en el mundo de la política. Algo nuevo: un deportista para ofrecer su visión y poner sensatez. «Me encantaría poder poner en valor en la política la constancia, la ilusión y el orgullo por lo que haces como lo hago en el deporte y, sobre todo, creo que puedo ayudar mucho, ya que practico deportes de bajo impacto mediático y conozco sus carencias».
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