El deportista gaditano Eduardo Rangel, al frente de la Fundación Donando Vidas, ha culminado un desafío sin precedentes: enfrentarse a doce pruebas extremas a lo largo de todo el año, a razón de una cada mes, para promover la donación de órganos entre 100.000 personas, en un país que registra una media de expedición de 5.000 tarjetas de donantes anuales.
Rangel terminó hace pocos días el último de sus retos, la ultramaratón costa de Almería, más de 90 kilómetros de carrera a pie a través de los parajes del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. «Estoy muy orgulloso pero a la vez más comprometido que nunca con una causa en la que creo profundamente y una responsabilidad, que es dar alguna esperanza a tanta gente que espera un órgano«, ha señalado el triatleta.
Rangel ha viajado de Lanzarote a Eidjford (Noruega); de Sevilla a Valencia pasando por Cádiz, Sevilla, Marina D´or, y hasta una docena de localizaciones. Ha completado miles de kilómetros de desplazamientos junto a su familia y también miles de kilómetros en carrera: Participó en la Media Maratón Vila de Santa Pola; en Ironman de Lanzarote (triatlón de larga distancia); la Maratón de Sevilla; The North Face Transgrancanaria (ultratrail); Oceanman Altea (travesía a nado); Norseman Extreme Triathlon (triatlón extremo en Noruega); Pure triatlón Marina D´or (triatlón de larga distancia); 15K Nocturna de Valencia (carrera popular); Titán Sierra de Cádiz (triatlón de larga distancia); Desafío Doñana (triatlón de larga distancia); Doñana Trail (ultratrail); y la ultramaratón Costa de Almería, con la que ha dado por concluido el desafío.
«La prueba en la que más he sufrido fue la Transgrancanaria, sin duda alguna, aún no me he quitado la pulsera que regalaban para recordarme que hay que luchar para superar los obstáculos. Es una prueba preciosa pero con un desnivel técnico brutal y en la que pude disfrutar muy poco. La más dura, sin embargo, fue Norseman, donde me sorprendió la dureza del segmento de bicicleta y una carrera a pie con un desnivel brutal», relata.
A través de las herramientas de difusión de Donando Vidas y de la propia organización de cada una de las pruebas, Eduardo Rangel y su equipo han logrado que el mensaje a favor de la donación de órganos llegue a más de 100.000 deportistas inscritos en todas esas pruebas deportivas, tanto en charlas, como en medios de comunicación, cartas, folletos incluidos en las bolsas de corredor, expositores y redes sociales.
«Estoy muy contento con cada una de las pruebas que he realizado y con haber llegado a la meta en todas ellas, en unas en mejores condiciones físicas y en otras tirando más de corazón que de piernas y siempre soñando con llevar este mensaje a la mayor cantidad de gente posible. La acogida de la comunidad deportiva me ha emocionado en muchas ocasiones y demuestra lo lejos que se puede llegar a través del deporte», subraya el deportista.
El proyecto Fundación Donando Vidas tiene su origen en la propia experiencia personal de Eduardo Rangel, que en 2012 perdió a su madre mientras ésta esperaba un trasplante que no llegó a tiempo. La experiencia marcó con profundidad al sanluqueño, que desde entonces promueve retos deportivos para sensibilizar a la población sobre la importancia crucial de hacerse donante de órganos.
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